El vuelo de la libélula sobre un jardín de flores de sal, Jesús Briceño. BOOM! Art Community

Las libélulas, criaturas delicadas y antiguas, son saltarinas del agua. Migrantes por naturaleza, de vidas intensas y breves, recorren grandes distancias, cruzando cielos y mundos en búsqueda de refugio y hogar. Unidas al agua, transitan frágilmente los mapas trazando trayectos de resiliencia. Errantes como las libélulas también lo son las mujeres y hombres, las niñas y niños, que parten cruzando las aguas y dibujando el camino en búsqueda de una nueva vida.

El viaje comienza en Venezuela, frente a la costa de Güiria, al oriente del país y a pocos kilómetros de Trinidad y Tobago, un destino furtivo. En los últimos años, los venezolanos se enfrentan a un masivo movimiento migratorio sin precedentes en la región, producto de la aguda y creciente crisis generalizada que se desarrolla en el país. Desesperados por una mejor vida, muchos han decidido arriesgar sus vidas en uno de los trayectos de salida más peligrosos: el cruce marítimo rodeando el Golfo de Paria. Son cientos los que desaparecen en el intento. Perecen en un jardín de flores de sal.

Jesús Briceño es un artista visual que explora la imagen a través de diversos medios, más allá de la impresión digital y en papel. En su investigación, experimenta con distintos formatos y técnicas, con el objetivo de romper los esquemas tradicionales de la fotografía. Su trabajo se enfoca en superar la bidimensionalidad, dándole al montaje de Flores de Sal un sentido tridimensional poco convencional, que conecta la instalación con un profundo simbolismo. En Punto de Fuga, Briceño incorpora un componente sonoro que busca sumergir aún más al espectador en el contexto, generando imágenes completas que trascienden las formas tradicionales de percibir la fotografía.

En este otro lado del mundo, el viaje termina. España es el destino final de miles que huyen de una vida llena de sombras. Lejos del hogar, estas historias han conseguido dar testimonio de caminos tormentosos, pero que atisban rayos de esperanza. Conectados por mar y tierra, los migrantes miran al mismo cielo que les recibe. Son cientos los que sobreviven. Trazan el vuelo de la libélula.

Durante la Residencia Transatlántica de Boom Art Community en Madrid, Jesús Briceño ha optado por la fotografía polaroid. Esta técnica instantánea, táctil, ligera y fácil de manipular y transportar se ha integrado perfectamente en su proceso creativo, permitiéndole jugar con las imágenes al manipular, sobreponer, romper, pintar y escribir sobre ellas. La idea de crear piezas únicas e irreproducibles le resulta fascinante, al igual que las historias que ha capturado durante su estancia. En El Vuelo de la Libélula, un elemento clave de su contextualización es una antigua máquina de escribir, con la que interviene las imágenes. El acto de imprimir palabras con fuerza se convierte en un gesto íntimo y performativo, esencial en el registro, que refuerza su estética de archivo, un aspecto crucial en todo el proceso creativo del artista.

Jesús esboza sobre el trayecto doloroso y resiliente de la migración forzada, a través de retratos anónimos de aquellos que han sobrevivido y de aquellos cuya vida se vio trágicamente interrumpida por el viaje, convertido algunas veces en su tumba; otras, en un nuevo camino. “El vuelo de la libélula sobre un jardín de Flores de Sal” explora los caminos invisibles del Mar Mediterráneo, sus vías de transporte ilegal y uno de los cementerios más grandes del mundo, y del Océano Atlántico, en las fronteras venezolanas, espacios de partida forzada y escenarios de naufragios como el del barco “Mi Recuerdo” que, en 2020, dejó 33 muertos y 18 desaparecidos frente a la costa de Güiria.

A través de un registro visual y sonoro, Jesús recoge los rostros de los sobrevivientes desgastados por la lucha, pero que aún portan en sus miradas un destello de vida y los enfrenta a un jardín simbólico de aquellos que no lograron completar su travesía. A lo largo de su viaje, el mar es testigo y verdugo, el lugar donde los cuerpos sin vida reposan en silencio, como delicadas flores de sal que se forman en su superficie, potente metáfora que hace homenaje a las víctimas.

Es un recorrido que representa el vuelo del éxodo y el descanso final de los viajeros. Como las libélulas, los migrantes sobreviven en movimiento, siempre en busca de un refugio seguro. Son criaturas etéreas, atraídas por el agua, que reflejan el ciclo sin fin de la vida y la muerte.

 

LUCÍA JIMENEZ PEROZO.

COMISARIA INVITADA

 

Más información en la página de BOOM! Art Community

El vuelo de la libélula sobre un jardín de flores de sal

Jesús Briceño

Organiza: BOOM! Art Community

Del 22 al 26 de octubre de 2024
GN Doctor Fourquet