Fisuras en la realidad. Daniel Cao, Jaume Cremades, Irene Ferrero, Úriel González, Victoria Guzmán, Eila Luque, Violeta Vizuete
Fisuras en la realidad se trata de una exposición colectiva organizada por Atelier Solar en la sede de Carabanchel de Galería Nueva, donde algunos de los artistas que la conforman han pasado por este espacio para desarrollar su concepto y proceso artístico. Todas las obras expuestas parten de ese principio de realidad que a todos nos es familiar para ser transformado – más bien fisurado –, cada uno mediante un lenguaje particular e individual. De esta forma, lo que nos encontramos en la exposición es un abanico de códigos artísticos que corresponden a la realidad propia de cada artista.
Artistas
Daniel Cao, con su proyecto Gatos Montessori (2024) desarrollado en el Centro de residencias de Matadero, nos adentra en el ámbito de lo doméstico realizando una comparativa entre el diseño y creación de los juguetes y mobiliario hechos para los niños con la ideada para los gatos. Sobre todo, se ha centrado en el método educativo Montessori y ese proceso de gatificación de los espacios familiares, dónde los gatos en la actualidad son uno más de la familia.
Jaume Cremades, en su obra Quimera (2024), partiendo de uno de los elementos fundamentales del dibujo – la línea – y alejándose de su uso habitual como contorno, ha realizado un proceso de figuración incierta, donde a través de la construcción, pero también de la destrucción, nos presenta una especie de lenguaje encriptado, incierto y ambiguo. De esta manera, el artista busca distanciarse de lo convencional para dar paso a la huida de lo consciente y de lo predecible, suscitando con ello la concepción de la obra como incógnita.
Eila Luque, siguiendo con esa abstracción construida desde la realidad, en su proyecto Pieles (2023) parte de una investigación artística en la que medicina y arte van de la mano para poder indagar sobre lo antiestético, el dolor y las cicatrices, cosas que normalmente permanecen ocultas y se invisibilizan.
Irene Ferrero, mediante la mezcla de técnicas y estilos, ha creado una obra donde realidad y ficción están más ligadas que nunca. Se puede ver en ejemplos como en Maya vuela (2024), donde contrasta elementos de nuestra infancia con los de nuestra adultez, haciendo que entren en dialogo y, de alguna manera, buscando esa vuelta al infantilismo donde la imaginación y despreocupación eran protagonistas.
Violeta Vizuete, mediante la exposición de dispositivos electrónicos, propone repensarlos no tanto en su parte funcional sino en su origen y sus materiales. Es por ello que en su obra Geoentropía 01: una oficina dentro de una cueva presenta el material electrónico fosilizado, haciendo hincapié en esa sobreexplotación de recursos ambientales e hiper-aceleración del desarrollo tecnológico.
La serie «El que no quiere a su patria no quiere a su madre», de Victoria Guzmán, parte de sus raíces natales para representar su esencia e identidad, mostrando en su obra expresar lo divertido de la realidad cotidiana. Trata el humor como motor de su creación dejando a un lado los malos momentos que puede haber, consiguiendo así homenajear su lugar de origen.
La serie «Identidades» de Úriel González toma la fotografía como medio experimental para capturar el instante y la espontaneidad que deja entrever la identidad individual frente a la multitud. De esta forma, a pesar de la muchedumbre, se busca encontrar esa caracterización de las personas como sujetos independientes, pero que inevitablemente se encuentran.
Comisariado: Alba López-Davalillo