Alisa Sibirskaya y Yamamoto Masao
Alisa Sibirskaya, Krasnoyarsk 1989, es una fotógrafa que explora el alma a través de su lente. La obra de Alisa Sibirskaya se destaca por su enfoque íntimo y emocional hacia sus sujetos. A través de una combinación magistral de iluminación, composición y expresión facial, logra capturar momentos de autenticidad y vulnerabilidad. Su trabajo desafía las convenciones estéticas tradicionales, optando por una estética cruda y sin adornos que permite que la verdadera naturaleza de sus sujetos brille. Alisa Sibirskaya explora temas universales como la identidad, la soledad, la belleza y la conexión humana a través de sus fotografías. Su enfoque se centra en individuos marginados y momentos cotidianos que suelen pasar desapercibidos. A través de sus fotografías, invita a reflexionar sobre la humanidad y las complejidades de la experiencia humana.
Sibirskaya continúa explorando nuevas formas de expresión a través de su arte, elevando la voz de aquellos que son olvidados o ignorados por la sociedad. La obra de Alisa Sibirskaya revela la belleza que yace debajo de lo ordinario, transformando lo común en extraordinario. Su enfoque íntimo y empático capta momentos de autenticidad y vulnerabilidad, explorando la poesía de lo efímero y la gracia en lo mundano. Para Sibirskaya, la belleza es efímera y fugaz, como un destello de luz en la oscuridad. Sus fotografías capturan momentos transitorios que son tanto hermosos como efímeros, recordándonos la fragilidad de la vida y la importancia de apreciar cada instante. A través de su arte, nos insta a detenernos y contemplar la belleza que nos rodea, incluso en los momentos más simples y pasajeros.
Desde una edad temprana, Alisa Sibirskaya ha sido cautivada por la riqueza y la belleza del arte clásico. Su obra refleja una profunda influencia de los grandes maestros de la pintura de finales del siglo XVI y del XVII. A través de su fotografía, Sibirskaya rinde homenaje a estos artistas, reinterpretando sus temas y técnicas con un enfoque contemporáneo. A través de su trabajo, Sibirskaya demuestra que la fotografía puede ser tan expresiva y emotiva como cualquier pintura.
Para esta exposición Alisa Sibirskaya ha elegido el formato miniatura para presentar su trabajo más reciente. Las miniaturas en la historia del arte son pequeñas obras de arte que se destacan por su tamaño reducido y su atención meticulosa al detalle. Estas obras pueden abarcar una amplia gama de medios, incluyendo pintura, ilustración, bordado y escultura, entre otros. Han existido desde tiempos antiguos y se han utilizado en diversas culturas y contextos a lo largo de la historia. En la Edad Media europea, las miniaturas se utilizaron principalmente en manuscritos iluminados, donde acompañaban textos religiosos, literarios o históricos. Estas ilustraciones eran meticulosamente detalladas y a menudo representaban escenas bíblicas o historias populares de la época. Los miniaturistas medievales desarrollaron técnicas sofisticadas para trabajar en un espacio tan reducido, utilizando pigmentos naturales y aplicando pan de oro para agregar brillo y riqueza a sus obras. Durante el Renacimiento, las miniaturas continuaron siendo populares en los libros ilustrados, pero también se extendieron a otras formas de arte, como la pintura en esmalte y la joyería. Los retratos miniatura se convirtieron en una forma de arte muy apreciada entre la aristocracia y la realeza, ya que ofrecían una forma portátil y personalizada de llevar consigo la imagen de un ser querido.
En otras partes del mundo, como en la Persia medieval, se desarrollaron tradiciones distintivas de miniaturas que también se aplicaban a manuscritos iluminados y a la decoración de objetos de lujo. Estas miniaturas persas a menudo presentaban intrincados diseños geométricos y motivos florales, así como escenas de caza y cortesanos en lujosos palacios.
En la era moderna, las miniaturas siguieron siendo valoradas como formas de arte decorativo y expresivo. Artistas como Nicholas Hilliard y Hans Holbein el Joven fueron maestros en la creación de retratos miniatura en la Inglaterra isabelina, mientras que, en el siglo XVIII, los artistas franceses como Jean-Honoré Fragonard producían exquisitas miniaturas en óleo sobre marfil. Hoy en día, los grandes formatos en fotografía son algo habitual en el panorama artístico, en Valid Foto hemos realizado una apuesta en firme por las miniaturas que continúan siendo apreciadas tanto por su belleza como por su habilidad técnica. Aunque ya no son tan comunes como en épocas pasadas, todavía se encuentran en la pintura, y la escultura contemporáneas y rara vez en fotografía, es de apreciar a los artistas que continúan desafiándose a sí mismos para crear obras de arte impresionantes en una escala diminuta.
Masao Yamamoto (nacido en 1957, Gamagori, Japón) es conocido internacionalmente por su enfoque poético y la capacidad de transformar lo ordinario en algo etéreo. Su trabajo es una meditación sobre la memoria, la existencia y el paso del tiempo, utilizando técnicas que hacen que cada pieza parezca una antigüedad o un fragmento de historia personal.
Por primera vez, Masao Yamamoto presenta en exposición una colección de piezas únicas de ambrotipos, una antigua técnica fotográfica que utiliza placas de vidrio. Titulada “Tomosu”, que significa “encender” en japonés, esta serie ofrece una mirada introspectiva y espiritual, revelando detalles íntimos a través de un medio que exige un proceso manual altamente reflexivo. Acompañando a estos abrotipos se presentan obras de otras series de su carrera.
A Box of Ku: Compuesta por imágenes que parecen extraídas de un diario íntimo, donde cada foto, a menudo de pequeño tamaño, invita a una contemplación personal y profunda.
Nakazora: Espacio entre cielo y tierra, o el vacío. Las imágenes capturan momentos de sublime serenidad y delicada transitoriedad.
Kawa: Explora la fluidez y constante cambio de la naturaleza, simbolizando también el flujo de la vida humana.
Bonsai: A través de esta serie, Yamamoto transforma el tradicional arte del bonsái en una reflexión
