Caminantes

El proyecto Caminantes surgió a través de un regalo de una niña venezolana ofrecido a Felipe Jacome. Se trataba de un origami con la forma de corazón estrellado. Este detalle en realidad representa el símbolo de la tragedia económica de Venezuela: un billete de bolívar. 

Entre la caída de los precios del petróleo y las disputas políticas, Venezuela tiene la mayor inflación del mundo. Este pequeño origami ilustra el alcance de la devastadora devaluación monetaria que afecta al país desde el 2013. El proyecto Caminantes del fotógrafo Felipe Jácome se centra en las consecuencias humanas de este drama económico. 

Según ACNUR (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados), más de 5 millones de venezolanos han abandonado el país. Para documentar una de las mayores situaciones de desplazamiento del mundo, Felipe Jacome utiliza el mismo material que la niña. Las expresiones de los retratos impresos en los fajos de bolívares llaman inmediatamente la atención. Los rostros marcados por la desesperación y la incertidumbre se interponen a los orgullosos retratos de Bolívar, Miranda, Guaicaipuro, Cáceres […], esas figuras históricas que honraron la riqueza de Venezuela. 

 

Un país petrolero hambriento

Este país rico en petróleo tiene muchos recursos y, sin embargo, los venezolanos se mueren de hambre: el número de personas desnutridas no ha hecho más que aumentar desde el 2014, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). La penuria de alimentos es una de las razones de este éxodo masivo. 

Si bien son comprensibles los motivos por los que los venezolanos huyen de un país devastado y gravemente inseguro, no son fáciles de entender las causas de esta crisis. 

Es extraño que un país se hunda así, sin haber sufrido la guerra. Espero que la exposición animará a los visitantes a investigar el tema“, desea Felipe Jácome. 

No se trata de la primera crisis migratoria que el fotógrafo ecuatoriano ha documentado. Ha dado la vuelta al mundo, trabajando para National Geographic, The Washington Post, Foreign Policy Magazine, The Guardian, etc. Selecciona sus fotos en función de las emociones que transmiten. Una fotografía digna de ser publicada, según Felipe Jácome, “debe comunicar algo, golpear la imaginación y provocar varias preguntas. 

Aquellas del fotógrafo italiano Paolo Pellegrin, por ejemplo: cuando las miras, te preguntas qué pasó antes y después, qué quería captar el fotógrafo, cómo se encontró en esa situación…”. 

Un arte que interpela… y alivia

Si sus fotos despiertan la curiosidad y sensibilizan las conciencias, también tienen virtudes terapéuticas. La exposición se celebrará en el corazón de la capital española, y no es por casualidad: “Muchos venezolanos han emigrado a Madrid. Podrán identificarse a través de los retratos”, comenta el artista. 

Durante la fase de producción, Caminantes también sirvió de safe space para un grupo de mujeres migrantes venezolanas. Al participar en el proceso artístico durante un mes, tuvieron por fin un espacio seguro para, por primera vez, poder expresarse y compartir lo que habían vivido. “Fue realmente maravilloso”, dice. Trabajar con personas que han pasado por esta experiencia también fue muy significativo”, añade.  

Documentar una crisis migratoria es un trabajo delicado, que requiere una verdadera inversión emocional. 

El fotógrafo tiene que ser empático para entender la situación y ganarse la confianza de la gente que quiere retratar. Hay que ir allí“, explica Felipe Jácome. Para contar la crisis migratoria venezolana, aplicó sus principios y se fue a la frontera del país. Recorrió 400 kilómetros con hombres, mujeres y niños que habían emprendido el camino del éxodo. 

 

La migración […] es un acto de generosidad

Lo que más me impresionó -dice Felipe Jácome- fue ver a las familias con los niños. Mientras que la mayoría de los adultos tienen los recursos físicos y emocionales necesarios para enfrentarse a esta situación de crisis, los más jóvenes no los tienen.

 En el curso de los kilómetros y de las charlas, el fotógrafo notó la existencia de un fuerte vínculo entre los niños y el acto de la migración. 

“En la mayoría de los casos, la migración es un acto de generosidad. Cuando pregunté a los caminantes por qué se habían ido, la respuesta fue la misma nueve de cada diez veces. Casi siempre era para otra persona y especialmente para los niños”, cuenta. 

En un país donde, según Reuters, un kilo de pasta valía 5 millones de bolívares en el 2018, es fácil entender por qué los padres de familias sueñan para sus hijos un futuro mejor en el extranjero. 

 

“[Caminar] es la historia de la humanidad”

Cuando las cosas no van bien, nos marchamos. Es un acto básico muy humano. De hecho, se trata de la historia de la humanidad “, concluye Felipe Jácome con firmeza.

 

 

Horarios:

Martes a viernes de 11:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:30.

Sábados de 11:00 a 14:00 h.

Sábado 10 y domingo 11: de 11:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:30 h.

CAMINANTES

Felipe Jácome

Organiza: Art Run Agency

Colabora: Embajada de la República del Ecuador

del 19 de septiembre al 2 de octubre de 2022