Atocha

CLC

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Keep Blank

Vivimos en una época caracterizada por la aceleración constante y la hiperconectividad, condiciones que intensifican la experiencia del ruido —tanto externo como interno— y desafían nuestra capacidad para encontrar la calma y el equilibrio emocional. Esta exposición reúne la obra de tres artistas cuyas prácticas exploran, desde perspectivas diversas, las complejas cartografías emocionales que constituyen la salud mental en la contemporaneidad.

Los artistas Alvaro Navarro, Daniel Bum y Manu Iranzo evidencian con sus obras el entramado dinámico entre el caos mental y la serenidad, mostrando cómo ambos polos coexisten y tensionan la experiencia subjetiva. En palabras de Martin Heidegger, “La verdadera esencia de la técnica no es técnica, sino una manera de revelar”, y en este sentido, el arte actúa como medio revelador de las dimensiones invisibles de nuestra psique, ofreciendo nuevas formas de comprender y dialogar con la salud mental.

Al reivindicar la calma no como un mero estado pasivo, sino como un espacio necesario, la muestra propone un recorrido crítico y sensorial que invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestra dimensión emocional en tiempos de sobrecarga y ruido constante.

En este diálogo visual, los artistas no solo exhiben las fracturas internas, sino que también ofrecen refugios estéticos para la contemplación y la resistencia.

Keep Blank, es una invitación a recorrer territorios invisibles, a mirar con atención las tensiones y contradicciones que nos habitan, y a comprender que la salud mental es un derecho fundamental y una experiencia compartida. A través de sus obras, los artistas nos recuerdan que en medio del ruido es posible encontrar puntos de serenidad, y que ese equilibrio, aunque frágil, es vital para el bienestar personal y colectivo.

 

Artistas:

Álvaro Navarro (Boston, 1979)

Artista y arquitecto. Dirige su propio estudio, Álvaro Navarro Studio, y hace más de diez años fundó el Colectivo TAV, un grupo de artistas pionero en introducir y difundir el tape art en España.

Ha participado en destacados certámenes artísticos como Ciutat Vella Oberta, Intramurs (en cuatro ediciones), MIMMA, Cubos Madrid, Facyl Salamanca, Semana de la Arquitectura de Algemesí, MAC Mislata o CucaFest Getafe.

Su obra ha intervenido algunos de los espacios más emblemáticos de Valencia, como el Palau de la Generalitat, el Centre Cultural La Nau, el Palau de la Música, La Rambleta o Las Naves.

También ha expuesto y dirigido talleres en museos como el IVAM, el MUVIM, la Fundación Bancaja o el Centre del Carme Cultura Contemporània, colaborando con artistas de referencia como Calpurnio, Palo de Palo o Isis Serrano.

A lo largo de su trayectoria ha trabajado para múltiples marcas comerciales como Ray-Ban, Mercadona, Consum, Casa Ronald McDonald, Munich, Sprinter, Zeta, Nautalia, Yel, Kartell, ADCV, Sónar, Bershka, Visit Valencia o Adidas, entre otras. Esta última le otorgó el primer premio del concurso “All Originals” en 2012.

 

Daniel Bum, (Villena, 1994)

Licenciado en Bellas Artes por la UPV. Forma parte de la joven generación de artistas alicantinos; siendo reconocido por su bebé de ojos grandes y cabeza con forma de patata. El artista da vida a este pequeño monstruito después de una angustiosa crisis personal y artística. La muerte inesperada de su madre y el miedo a fracasar de nuevo en una realidad solitaria y vacía para él, le obligan a desarrollar un lenguaje pictórico espontáneo y personal que surge del inconsciente y que en muchas ocasiones se inspira en su propia cotidianeidad. Su trabajo, aunque en apariencia sencillo, revela una complejidad emocional que desafía al espectador. Las criaturas que pueblan sus lienzos, con sus grandes ojos, en ocasiones parecen proyectar una mezcla de vulnerabilidad y misterio. Al observarlas, uno se enfrenta a una paradoja emocional: se perciben frágiles, casi desvalidas, pero al mismo tiempo, existe una barrera intangible que impide una conexión directa con ellas, invitándonos a explorar las múltiples capas de significado que subyacen en cada obra.

 

Manu Iranzo (Teruel, 1983)

Licenciado en Bellas Artes por la Facultad de Bellas Artes de San Carlos y con un Máster Universitario en Producción Artística en la Universidad Politécnica de Valencia, es un artista multidisciplinar que desarrolla su actividad entre los campos del diseño y el dibujo.

Ha participado en diversas exposiciones y ferias, como El Diseño Dice en la Sala Matadero de Madrid, La Ciudad Prohibida en Beijing (China), Lápiz, Papel o Tijera en la galería Plastic Murs de Valencia, Colecciono y Seguir siendo en CLC Arte de Valencia, Art Madrid 2024 y 2025 y Obertura Carabanchel.

Algunas de sus obras forman parte de fondos de colecciones, destacando la Academia de Bellas Artes de L’ Aquila (Italia), la Facultad de Bellas Artes de San Carlos (Valencia) o la Universidad de Tsinghua (China).

Entre las selecciones, conferencias y premios destacan las ilustraciones finalistas de Restaurant and Bar Design Awards de Londres en 2012, Milk Awards Decoration (Paris) en 2014, la intervención en Pecha Kucha Night Vol. 14 y Vol. 16 en Valencia, la obra finalista de Sunny Art Prize (Londres) en 2022, el programa de entrevistas Arte & palabra, conversaciones con Carlos del Amor en Art Madrid 2024 o la Mención Honorífica del I Concurso de Arte Urbano Aumentado de AEDAS Homes en 2024.

Símil, una vida como lienzo

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Símil, una vida como lienzo. VE Contemp

Pintar es observar, interpretar y transformar—y cuando los artistas recurren
al símil, buscan comparaciones que hagan visible lo intangible. Un símil en
la pintura, ya sea explícito o sugerido, permite representar la vida misma
como si fuera otra cosa: un viaje, una tormenta, un jardín, un juego,
nuestras luchas, animales, vivencias y fantasías. Estas comparaciones
aportan capas emocionales y filosóficas que van más allá de la imagen.

Imaginemos la vida pintada como un camino serpenteante que se pierde
entre la niebla: cada curva, una decisión; cada sombra, un recuerdo. O como
un frágil navío a la deriva en aguas turbulentas. En estos símiles, el lienzo
deja de ser solo superficie para convertirse en metáfora. El color, la textura y
el espacio hacen lo que las palabras no pueden: sugieren lo indecible.

A lo largo de la historia del arte, los pintores han recurrido al símil no solo
para embellecer, sino para profundizar el sentido. En el Romanticismo, la
naturaleza se pintaba a menudo como el espíritu humano—salvaje, sublime,
impredecible. En obras abstractas o expresionistas, la vida puede aparecer
como una explosión de color, caótica y luminosa. En el arte moderno y
contemporáneo, los símiles desafían al espectador a mirar hacia dentro: la
vida como una máscara, como un laberinto, como un escenario.

El símil en la pintura nos recuerda que la vida no siempre se puede
representar de forma directa. Debe sugerirse, evocarse, bordearse. Y en ese
rodeo poético, a menudo la vemos con más claridad: la vida, como el arte
mismo, está llena de ecos, ilusiones y verdades inesperadas. Lucías Ares,
Lara Padilla, Myriam Quiel, Ella Mello, Dimitri Vojnov, Eduardo Alcántara y
José Vívenes se reúnen en esta exposición con sus particulares recursos
pictóricos, pintura o escultura y dejarnos a distancia de nuestra
interpretación del símil en el arte.

Todas las imágenes desaparecerán

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Todas las imágenes desaparecerán. Comisariado por Semíramis Gonzalez dentro del marco del Festival OFF de PhotoEspaña

Todas las imágenes desaparecerán

Este proyecto curatorial, presentado en Galería Nueva – Atocha dentro del Festival Off de PHotoESPAÑA, se plantea como una reflexión visual sobre la desaparición desde múltiples dimensiones: la material, la simbólica, la emocional y la territorial. A partir de un discurso inspirado en la novela Los años de Annie Ernaux, esta exposición parte de una mirada que concibe la imagen como un dispositivo híbrido y fluido, cuyas capas se desvanecen en el tiempo, tal como lo plantean autores como Paul Virilio con su estética de la desaparición. Desde esta base conceptual, se presentan obras fotográficas que dialogan con la ontología de la imagen como entidad transitoria y con los temas que esta es capaz de convocar, desde lo íntimo hasta lo colectivo.

En la parte de arriba de la galería, Alva Martín, con Sentinel, cuestiona la sobreproducción de imágenes y la vigilancia tecnológica. Su archivo visual de “vigilancia consentida” pone en evidencia la disolución de lo íntimo en lo público, y cómo nuestra identidad se diluye en una nube digital permanente, sin cuerpo ni memoria.

Jesús Umbría presenta Retaguardia, donde documenta a jóvenes que encuentran identidad en subculturas underground postpandemia. La fotografía aquí actúa como un refugio frente a la homogeneización, capturando la pertenencia desde los márgenes y revelando la resistencia afectiva y estética.

Ya abajo nos encontramos con Así cantan los desiertos, donde Alexandra Karam ofrece un viaje sensorial al paisaje desértico como espacio de contemplación y espiritualidad pero también alerta sobre la acción humana que amenaza estos espacios, recordándonos que lo eterno es también frágil, y que la desaparición de los ecosistemas es un reflejo del deterioro global.

Achim Boers aborda la desconexión entre cuerpo y tecnología mediante la técnica fotográfica del colodión húmedo, que contrasta con la inmediatez digital. Su trabajo parte de una premisa y una invitación a reivindicar lo físico y nuestra relación con lo tangible, en favor de nuestra salud mental.

Alejandra Nowiczewski se sumerge en la transformación de las emociones negativas a través de la simbología budista, utilizando el color y la naturaleza como puentes hacia la introspección. Sus fotografías evocan la desaparición de las formas en favor de lo simbólico, desafiando el lenguaje visual convencional y abrazando lo efímero.

Por último, Miguel Gamart narra la transformación de la cuenca minera asturleonesa tras el cierre de la actividad extractiva. El cielo abierto retrata un duelo donde la memoria del trabajo y del paisaje aún persiste, recordándonos que todo lo que desaparece deja huella, también en el territorio.

Todas las imágenes desaparecerán propone un espacio de pausa y reflexión frente al ritmo contemporáneo, reivindicando la imagen como huella, testigo y cuerpo resistente ante lo que se disuelve.

 

Semíramis González, curadora de la exposición.

REFLEXIÓN PICTÓRICA. VE-CONTEMP

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REFLEXIÓN PICTÓRICA. VE Contemp

VE-CONTEMP, en el marco de una serie de muestras en la ciudad de Madrid, se complace en invitarle a la primera exposición en España del artista venezolano José Vívenes. La inauguración de esta exposición se realizará el próximo 25 de abril a las 7:30 PM en el espacio de GN Atocha, en calle Valencia 17, 28012 Madrid, bajo la curaduría de Vincent Echenique. Esta exposición llamada Reflexión Pictórica contará con la presencia del artista en su inauguración, quien, apoyado en su más reciente cuerpo de obra de más de casi veinte piezas, podrá darle testimonio de su trayectoria e inquietudes que han lo llevado a decenas de reconocimientos en varias partes del mundo.

Vívenes expone por primera vez en Madrid. Esta muestra nos presenta su lugar como artista, sus influencias, su relación con la pintura y su ambición como creador. Nos lleva a contemplar imágenes del absurdo a través de las cuales nos revela el carácter irracional del mundo y la sociedad. En consecuencia, se entra en un conflicto por esa búsqueda del sentido que nos hace caer en la cuenta de que, efectivamente, no es necesario encontrar una explicación razonable a ciertas realidades que nos rodean. A partir de esta reflexión pasamos al equilibrio en la composición de cada una de sus piezas como si el anteriormente mencionado desorden irracional perdiese su significado y  el conjunto constituyese toda una narrativa donde reina la coherencia. 

La exposición podrá visitarse hasta el día 16 de mayo.

 

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El constante enfrentamiento con su entorno, a veces más sutil que otros, y con el raciocinio  suficiente para lograr su cometido pictórico y salvarse de ese limbo artístico, ha sido un  proceso orgánico que se refleja en el trabajo de José Vívenes. Es así pues como éste ve la  pintura como un diálogo constante personal en el que hace partícipe al oyente, aunque en esta  ocasión en condición de espectador, que recrea su imaginación a partir de sus propias  conclusiones interpretativas y de lo percibido de ese intercambio entre la obra y el artista,  apelando a nuestro bagaje cultural.

Particularmente en esta muestra ―Reflexión pictórica‖, José Vívenes nos presenta su lugar  como artista, sus inquietudes y trayectoria como creador. Nos lleva a contemplar  composiciones del absurdo en ese plano donde nos revela un carácter irracional del mundo y la  sociedad. En consecuencia, se entra en un conflicto por esa búsqueda del sentido que nos hace  caer en cuenta de que, efectivamente, es poca la pena que merece buscarle la razón al porqué. A  partir de esta reflexión se pasa a un majestuoso equilibrio en la composición de cada una de  sus piezas como si el anteriormente mencionado perdiese su significado y el conjunto pictórico  ante sí constituyese toda una narrativa donde reina la coherencia.

Es así como este cuerpo de obras que se presentarán reflejan todas esas referencias de la  historia del arte, de los movimientos artísticos contemporáneos latinoamericanos y centro  europeos, de ese expresionismo alemán y paisajismo holandés, la arquitectura europea de  antaño que, para muchos, resultan fascinantes por la contemporaneidad con la que, a mano de  pocos elementos, nos resitúan en el presente o al menos eso nos hacen creer.

Nos traiciona la imaginación al enfrentarnos a la del artista, pues nos pone ante el dilema de  confiar en la nuestra o sucumbir ante la suya con una narrativa que, por ejemplo, bien pudiera  ser producto de imprecisiones históricas o, por el contrario, del resultado sensato de crear  libremente. Es la sutileza con la que se amalgaman elementos que despiertas el discurso la obra

La autorreflexión de este artista, reflejada en cada uno de sus trazos, deja al descubierto los  vínculos, aversiones y códigos que han marcado nuestras sociedades sin ánimos de ser  prescriptivos, sino más bien como resultado de un desarrollo orgánicamente solapado que, por  suerte, recobra su vigencia cuando se nos presentan en formas, figuras y colores, en ese  sincretismo cultural que caracteriza la composición de las obras de José Vívenes.

VE CONTEMP 

+491718438446 (Whatsapp) 

+34658163656 

E-Mail: management@ve-contemp.org

EL TERCER PAISAJE

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EL TERCER PAISAJE. Lapislázuli.Gallery y Programa Afloramientos.

LAPISLAZULI.GALLERY inaugura con la exposición El Tercer Paisaje de Javi Mosquera (Madrid, 1999) su programa expositivo AFLORAMIENTOS, dirigido al arte emergente y al descubrimiento de talento. 

AFLORAMIENTOS nace  como ramificación natural de la actividad de la galería, con el objetivo de facilitar la visibilidad a artistas de corta trayectoria y mostrar el trabajo de creadores que brotan con brillo propio a flor de tierra.    

LAPISLAZULI.GALLERY, cuyo espacio permanente de Carabanchel alberga actualmente la exposición colectiva Técnica Mixta, prolonga su nutrido historial de colaboraciones con Galería Nueva a través de AFLORAMIENTOS, que se expondrá en la nueva sede de Galería Nueva Atocha del 29 de marzo al 19 de abril.

La pintura de Javi Mosquera, análoga al Tercer Paisaje de Clément, es un descampado donde poder arrancar, vandalizar, apreciar y reordenar los elementos presentes en la realidad y en su propio imaginario, donde no existe servicio de mantenimiento que lo limpie ni barreras de entrada a su realidad: el absurdo, la memoria, el color, el gesto, la catástrofe y lo ancestral, el cambio climático o la imagen ubicua. 

El lenguaje de la luz: somos color y forma

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El lenguaje de la luz: somos color y forma. Sandra Mazoy.

Sandra Mazoy es una artista mexicana radicada en Madrid. Su acercamiento al arte viene desde que era pequeña, al querer expresar una idea o sentimiento a través de la pintura y escultura.

Estudió diseño gráfico, posteriormente entró al Instituto Nacional de Bellas Artes y finalmente concluyo sus estudios cursando la Maestría de Arte y filosofía.

Impartió durante 20 años las materias de morfología y color en las carreras de diseño gráfico y diseño industrial, experiencia que fue determinante en su relación con la forma y el color. El análisis exhaustivo de estos dos conceptos hizo que naciera en ella una pasión por observarlos y a hacerse un sin fin de preguntas en donde en cada respuesta encuentra una composición.

En cuanto al uso del color, siempre le ha gustado experimentar con él, sin
condicionamientos, ya que considera que todos los colores pueden convivir de manera armónica creando efectos y ambientes diferentes, revisitando el trabajo de artistas como Josef Albers. Ella considera que tanto el color como la forma son medios de comunicación que provocan sentimientos, haciendo alusión a diferentes conceptos, algunos generales y otros específicos. Es ahí donde entra en juego la percepción personal de quien observa su obra.

Su estilo es abstracto y geométrico. Para ella la materia prima es la idea, objetivizada a través del lienzo. Sus composiciones son, en cierto modo, autobiográficas, hablan de sus vivencias, «pero sobre todo de mi forma de ser, en mi obra se puede apreciar la presencia de mi pensamiento lógico, ya que de una manera o de otra se logra una comprensión formal”.

En la actualidad, Sandra Mazoy da cuenta de su profunda relación con el arte que hoy la expone en su más delicada intimidad, pero para haber alcanzado la madurez visual de su expresión artística, explica que durante los 20 años de práctica docente se especializó en la materia de color, en donde se estudiaban puntos de vista teóricos desde la psicología o la física, sobre todo analizando de manera exhaustiva las características del color como son el tono, la saturación, la luz y el contraste, además del circulo cromático, comprendiendo el origen primario, secundario y terciario del color a partir de la experiencia.

A través de las características de morfología y color encuentra todos los elementos para darle voz e imagen a sus ideas. En cuanto a la forma, juega con la composición, la sobreposición, el tamaño, la profundidad o la transparencia; con respecto al color, hace uso de todas sus propiedades: el tono, la saturación, el contraste, la luminosidad o la oscuridad entre otras.

Gary Hill

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Gary Hill. Obliquo.

Este sábado a las 12h estaremos en Carabanchel coincidiendo con la Semana del Arte, donde OBLIQUO inaugura un ciclo especial de videocreación con 2 piezas del pionero del arte Gary Hill en dos puntos culturales clave de la capital:

 

1-15 MARZO | Twofold (Goats & Sheep) en Carabanchel (C. de Alejandro Sánchez, 94). 

Inauguración sábado 1 marzo a las 12h.

 

12 MARZO – 2 ABRIL | PACIFIER en Lavapiés (C/ Valencia, 17)

Inauguración miércoles 12 marzo a las 19h.

 

Durante el destacado mes del arte, el nuevo espacio de OBLIQUO abre sus puertas al videoarte experimental con el artista más potente de la escena. 

 

El pionero del new media art experimental, Gary Hill, es un creador estadounidense internacionalmente reconocido por explorar la relación entre el lenguaje, el cuerpo, el tiempo y la tecnología. A lo largo de su carrera, Hill ha utilizado medios digitales y audiovisuales para investigar temas como la percepción, la comunicación y la filosofía, a menudo creando experiencias inmersivas y multisensoriales para el espectador.

 

www.obliquo.art 

 

https://www.facebook.com/events/1142604844010291/1142604897343619/?active_tab=about&rdid=2RRQuMqEGOZFlc3B

MASHITA A RYE EHEWE

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MASHITA A RYE EHEWE. Galería Airas Wang de Lafée (AWL).

AWL Airas Wang de Lafée se complace en presentar “Mashita a Rye Ehewe”, una exposición dual de Annalee Davis y Sheroanawe Hakihiiwe en Madrid, España. Texto de Adriana A. Leanza.

Tomando su título del vocabulario yanomami—donde mashita se refiere a la tierra y rye ehewe significa “buena para sembrar”—la exposición explora la fertilidad de la tierra como una entidad vital y viviente. Las prácticas de Davis y Hakihiiwe reflexionan sobre la compleja relación entre la tierra, la memoria y las historias coloniales, abordando el impacto continuo de las economías extractivistas y el desplazamiento tanto en el medio ambiente como en el patrimonio cultural. Curada con palabras de Adriana A. Leanza, la exposición invita a los espectadores a reconsiderar su conexión con el mundo natural a través de prácticas artísticas que funcionan tanto como testimonio como resistencia.

A través de delicados dibujos, collages y obras en medios mixtos, las obras de Davis examinan la transformación violenta de los paisajes caribeños bajo el dominio colonial británico. Utilizando antiguas páginas de libros de contabilidad de plantaciones como lienzo, sus intervenciones trazan los enredos entre las economías de monocultivo y el agotamiento de la fertilidad del suelo, proponiendo actos de reparación y expiación. En paralelo, las obras en papel hecho a mano de Hakihiiwe crean un léxico visual de la cosmología yanomami, preservando tradiciones orales y sabidurías ecológicas indígenas. Sus representaciones de plantas, plumas y semillas forman un atlas en evolución de elementos naturales, afirmando el urihi (bosque-tierra) como un espacio sagrado e interdependiente.

Un motivo recurrente de color rojo—tradicionalmente asociado con la sangre y la fertilidad—se entrelaza a lo largo de la exposición, simbolizando resiliencia, renovación y el pulso interconectado entre cuerpo y tierra. Mashita a Rye Ehewe se erige como una invocación poética del lugar, la memoria y la permanencia del conocimiento ancestral, ofreciendo un espacio donde el arte reclama historias y vislumbra futuros alternativos de coexistencia y restauración.

Evocando la fertilidad inherente a la tierra, la exposición Mashita a rye ehewe nos invita a percibir el bosque y su suelo como la semilla de la vida. Inspirándose en la visión y el vocabulario yanomami, donde no existe una separación clara entre la tierra y el bosque, el término urihi designa una geografía cosmológica, la del bosque-tierra.

El bosque-tierra no es una entidad inerte, ni está enteramente sometido a la voluntad de los seres humanos. Como organismo vivo, posee una imagen esencial, un principio de fertilidad inmaterial (mashita a rye ehewe), así como un aliento vital (mishia), responsable de infundir a las plantas y al suelo la energía que sustenta su esencia.

Pero la expansión colonial y la explotación de los territorios y tierras indígenas, reforzadas por la mentalidad imperialista y extractivista del desarrollo lineal y el progreso, pusieron de manifiesto una profunda ruptura entre los nape (pueblos no indígenas) y la propia tierra que los nutre, con importantes repercusiones en la fertilidad de esa tierra.

Las prácticas artísticas de Annalee Davis y Sheroanawe Hakihiiwe en esta exposición reconocen que cualquier reflexión sobre la fertilidad de la tierra está intrínsecamente ligada a la historia colonial de violencia, desplazamiento y explotación de las comunidades indígenas y sus recursos. Al recuperar lo que queda de estas capas de trauma («La tierra recuerda lo que dijimos y lo que hicimos»¹), sus obras son un testimonio de gestos de preservación y restauración de los ecosistemas naturales, que se erigen como formas de resistencia en sí mismas.

La práctica de Annalee Davis examina los enredos de los paisajes violentamente remodelados por el proyecto colonial británico de la economía de las plantaciones de caña de azúcar y la esclavitud en el Caribe. A través de delicados dibujos y collages sobre viejas páginas de libros de contabilidad de plantaciones (Parasite Series, 2017; F is for Frances, 2026), así como de piezas de instalación (Small sugar cone, study, 2023; Sugarcone-A Motherplot, 2024; How to Know a Land, 2024), las obras que componen In the Sugar Gardens amplían la relación parasitaria entre la colonización de la tierra y el impacto en su fertilidad, fomentando multiespecies y conexiones íntimas como actos curativos de reparación y expiación.

Arraigada en los conocimientos ancestrales, la obra de Sheroanawe Hakihiiwe preserva y renueva la herencia cultural y oral de los yanomami. Sus dibujos -creados principalmente en papel hecho a mano con fibras como caña de azúcar y algodón- configuran un glosario visual de la cosmología de su pueblo. Entrelazando la narración indígena con la abstracción artística, sus composiciones celebran la vitalidad de las tradiciones de su comunidad, asegurando su perdurabilidad para las generaciones futuras. A través de representaciones de hojas, plumas, semillas y troncos de árboles, las obras de Hakihiiwe actúan como un atlas evolutivo de plantas, animales y elementos naturales. La artista cuestiona los binarios convencionales -vida y muerte, ser humano y animal, cuerpo y espíritu- reafirmando la intrincada interdependencia entre el ser humano y el bosque.

Más allá de su simbolismo tradicional de sangre y fertilidad, el color rojo teje las prácticas de Davis y Hakiwiiwe y nos guía como un hilo luminoso. Trenza historias de persistencia, donde el cuerpo y la tierra, el agua y la semilla, laten juntos en un ritmo atemporal de acuerdo duradero.

 

BIOS

Annalee Davis (Barbados, 1963) abarca su trabajo como artista visual a través de una práctica híbrida, activismo cultural y escritutra. Su obra se sitúa en la intersección entre biografía e historia, centrándose en las economías post-plantación a través del diálogo con un paisaje específico de Barbados. Su estudio, ubicado en una granja lechera en funcionamiento que en el siglo XVII operaba como una plantación de caña de azúcar, proporciona un contexto crítico para su trabajo. A través del dibujo, la caminata, la elaboración de infusiones con hierbas silvestres (bush teas) y el cultivo de farmacias vivas, la práctica de Annalee propone estrategias futuras para la reparación y el florecimiento, al mismo tiempo que investiga el papel de las plantas y los espacios vivos como sitios ancestrales de resistencia, conocimiento alternativo, comunidad y sanación.

Sheroanawe Hakihiiwe (Venezuela, 1977) es un artista indígena residenciado en Platanal, una comunidad yanomami del Alto Orinoco del estado Amazonas de Venezuela. Desde la década de los noventa ha venido desarrollando un trabajo orientado al rescate de la memoria oral de su pueblo, de su cosmogonía y tradiciones ancestrales. Desde el dibujo desarrolla un lenguaje sintético, concreto y mínimo sobre la vasta e intensa relación que tiene su comunidad con el paisaje. Estos vínculos permean el ámbito de lo personal y lo colectivo, siendo su trabajo una revisión contemporánea de la cosmogonía y el imaginario indígena yanomami.

Adriana A. Leanza (Suecia, 1994) es curadora, escritora e investigadora radicada en Londres y cofundadora del colectivo curatorial Allél0n junto con María Lucía Marcote García. Nacido en 2017 como una correspondencia digital abierta que experimenta con la escritura creativa y la ficción especulativa, Allél0n ha invitado a la participación de investigadores interdisciplinarios emergentes, artistas y amigos llamados al pensamiento colectivo y espontáneo. Adriana ha curado exposiciones y eventos sin fines de lucro para apoyar a artistas emergentes en la intersección entre la práctica sonora, visual y performativa, obteniendo financiación pública del Arts Council England National Lottery Project Grants en 2021. Adriana tiene una licenciatura en Arquitectura por la Universidad de Trieste, Italia (2016), un máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona, España (2018) y un máster en Art Praxis por el Dutch Art Institute, ArtEZ University of the Arts (2023).

 

VISIÓN DE LA GALERÍA

AWL Airas Wang de Lafée es un espacio de arte contemporáneo ubicado en Girona que abrió sus puertas el 5 de mayo de 2024. La galería tiene como objetivo priorizar las voces de artistas que abordan con sensibilidad las realidades poscoloniales y sus políticas de identidad, reevalúan procesos tradicionales y saberes colectivos; analizan las economías políticas desde una perspectiva antropogénica; y exploran la difuminación inherente entre lo natural y lo artificial en la posdigitalidad. Conectamos los gestos presentados en la galería con su entorno, enmarcándolos dentro de una narrativa vernácula de historia, arquitectura y diseño, gastronomía, paisaje y artesanía.

Con una cuidada selección de artistas cuyas obras despiertan la conciencia social, nos posicionamos como un punto de encuentro para quienes buscan comprender y enfrentar los desafíos de nuestro tiempo. A través de la creatividad, exploramos temas como la diversidad, la igualdad, la justicia social y la identidad, invitando a nuestro público a reflexionar sobre su papel en la construcción de una sociedad más inclusiva y compasiva, basada en el respeto y la tolerancia.

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¹Robin Wall Kimmerer, Braiding Sweetgrass: Indigenous Wisdom, Scientific Knowledge, and the Teachings of Plants, 2013.

Trayectorias

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Trayectorias. Galería Arteria.

La exposición «Trayectorias» nos invita a reflexionar sobre el camino único que cada ser humano sigue en la vida. Cada uno de nosotros, desde el momento en el que nacemos, está destinado a una trayectoria particular, moldeada o no, por decisiones, encuentros y experiencias.

Especialmente la galería Arteria quiere entrelazar las trayectorias de sus artistas, que provienen de diversas partes del mundo como Brasil, Nueva York, París, Santiago, Barcelona o Atenas, revelando cómo el arte transciende fronteras. Esas trayectorias, que se cruzan e influyen mutuamente, reflejan la dimensión política de sus caminos, ya que muestran como el intercambio cultural y el Arte promueven y favorecen transformaciones profundas. El Arte, al igual que lo sagrado, nos conecta con una conciencia universal, y Arteria materializa estos encuentros de caminos distintos. Es un espacio donde las diferencias se convierten en puentes y donde la creación artística según actúa como un vínculo de unión y diálogo, revelando que, en el universo del Arte, no hay límites ni barreras.

Los artistas aquí presentes son mucho más que creadores; son brujos que, con su obra, se conectan con una sabiduría profunda y antigua. Ellos perciben la esencia invisible de estas trayectorias, desenmarañando los hilos que nos conectan con el destino, la intuición y el misterio. En «Trayectorias», cada obra de arte es un portal a un mundo donde las líneas de la vida pueden ser redibujadas, cuestionadas o celebradas.

Esta exposición nos recuerda una fusión entre lo místico y lo tangible, los artistas y el Arte mismo, se erigen como guías, revelándonos que el viaje, más que el destino, es donde se encuentra la verdadera magia. El Arte tiene el poder de cambiar la sociedad, salvífico. En nuestra nueva exposición «Trayectorias», la primera en Madrid, invitamos a cada uno a dejarse llevar por el camino del —y al— Arte. Porque si nada es eterno, lo es el Arte, lo es el amor — L’amour Fou, André Bretón.

Desde el corazón

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Desde el corazón. Shigeru Tanaka.

La primera exposición individual en España de la producción pictórica del artista japonés Shigeru Tanaka, reconocido pintor de la figuración realista japonesa.